martes, 25 de noviembre de 2008

Problemas


Realmente, los problemas dejan de existir cuando los olvida­mos. No debemos tratar de resolver problemas, debemos disolver­los. Ellos se disuelven cuando se olvidan. El problema es una for­ma mental ultrasensible con dos polos: uno positivo y otro ne­gativo. No tengas miedo, olvidate el problema, así se disolverá el problema. ¿Sabes jugar ajedrez? Una partida de ajedrez no te resultaría mala para olvidar el problema, o tomate un café o un buen té y después anda a un lago o rio a nadar, o subí a una monta­ña y reite un poco, reír te sienta bien y hace que te olvides el proble­ma. En cualquier instante, una corazonada y quedó resuelto el problema; tal vez la solución no sea de tu gusto, pero lo cierto es que se resolvió el problema, o mejor dijéramos, se disolvió.

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