Realmente, los problemas dejan de existir cuando los olvidamos. No debemos tratar de resolver problemas, debemos disolverlos. Ellos se disuelven cuando se olvidan. El problema es una forma mental ultrasensible con dos polos: uno positivo y otro negativo. No tengas miedo, olvidate el problema, así se disolverá el problema. ¿Sabes jugar ajedrez? Una partida de ajedrez no te resultaría mala para olvidar el problema, o tomate un café o un buen té y después anda a un lago o rio a nadar, o subí a una montaña y reite un poco, reír te sienta bien y hace que te olvides el problema. En cualquier instante, una corazonada y quedó resuelto el problema; tal vez la solución no sea de tu gusto, pero lo cierto es que se resolvió el problema, o mejor dijéramos, se disolvió.
Los Templarios
Hace 11 años